Hace tiempo que no llovía, que no sentía en mi cara gotas de las nubes, que corría en busca de un refugio para no mojarme, que veía como cientos de paraguas se movían rápidamente por la ciudad, que veía como niños reían divertidos con sus mochilas a la espalda, como algunas chicas se quejaban que esta lluvia les estropearía el maquillaje. Lluvia, te echaba de menos, tantos meses sin verte, sin estar tumbada en un sofá mientras leo un buen libro mientras me tomo un té. Hace tiempo que no ocurría. Que a la hora del recreo todos nos quedáramos abajo, charlando, hablando. Que los niños chapotearan en los charcos. Te eché de menos. Tu ausencia provocó problemas: Mi abuelo, mi abuela y mi hermano estuvieron con picor de ojos prácticamente todo el verano por el polvo que se acumulaba en los árboles. Pero yo creo que se los rascaban tanto para reprimir las lágrimas de tu ausencia. Mi abuelo no paraba de decir: 'Ay, cuanto echo de menos la lluvia' Mi abuela no podía esperar más como mi abuelo. Hoy al despertarme y ver las calles mojadas, recuperé una sonrisa que perdí hace tiempo. No llevé paraguas, dejé que tus gotas se resbalaran por mi pelo y rozaran suavemente mi cara, penetrasen en mi piel. Siento felicidad por que hayas vueltos, tantos días de Sol estaban bien, pero faltabas tú. Adoro el olor de desprendes a humedad, haces que me sienta viva. Así que esperaré tu próxima llegada ansiosa de volver a verte. Hasta la próxima vez.
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