Este verano de 2013 ha sido bastante movido respecto a mi perspectiva y por si algún día, cuando sea muy muy mayor me da por abrir este blogspot (si es que existe) veré esta entrada y sonreiré.
Viernes, 21 de junio de 2013.
Este día, fui a la piscina con los de mi instituto. Nos lo pasamos muy bien, hicimos fotos con una cámara subacuática y con mi grupo de amigos de toda la vida, jugamos al póker.
Lunes, 24 de junio de 2013.
Vamos en autobús a las playas de Doñana (Huelva) a pasar el día. Desde las 8:30 de la mañana hasta las 20:00 aproximadamente. A mis amigos y a mí, se nos olvida llevar una nevera llena de agua fría, así que allí, en un playa donde no hay absolutamente nada, nos morimos de sed. Hicimos juegos en la playa: al ser las olas tan grandes y tan poderosas, nos sentamos en la arena, en la orilla, esperando a que una con coja y nos meta para dentro. Pero nosotros debemos oponer resistencia sin levantarnos del sitio. Algunos dan vueltas sobre sí mismos, hacen volteretas hacia atrás, son arrastrados por las olas mar adentro... pero no pasa nada. Decidimos dar un paseo y recogí conchas con mis amigos.
2 de Julio de 2013.
Me dirijo hacia Londres, es la segunda vez que voy allí, pero a mí me hace mucha ilusión. Esta vez estaré 5 días, la última estuve sólo 2 porque en realidad, donde estuve más tiempo fue en Cardiff (Gales) y aprovechamos para ir a Londres también. Fui al museo Natural, al British Museum, al Madame Tussauds, Chinatown, Carnaby, Regent Street, Picadilly Circus, Oxford Street, Puente de Londres, Torre de la Reina, Palacio de la Reina, Hyde Park... y más cosas, pero ahora mismo no me acuerdo de todas ellas. En Londres me sentía bien, muy bien, me sentía viva. Las personas vestían como se les antojaba y nadie les miraba raro ni un grupo de personas la criticaban desde las sombras. Hubo una señora en el metro que por poco le pillan las puertas puesto que era muy mayor y no se la podía, entonces vino un hombre corriendo y con toda la fuerza del mundo, la logró meter en el vagón. No se conocían de nada. Y luego se quedó el resto del trayecto a su lado, preguntándole cómo se encontraba y haciéndole compañía. Un chico de unos 20 años le dejó su sitio a un anciano. Aquí eso también pasa, pero no lo he visto muy a menudo. Hubo una historia con un chico que había en un vagón respecto al amor. Me montaba en el metro, en la parada de Picadilly Circus, antes de montarme, noté que alguien me observaba y giré la cabeza a la izquierda casi incoscientemente, y vi a un chico, de unos 20 años, viajante, con una gran mochila que me observaba. Estaba fuerte y era guapo. Viajaba con su amigo. Me monté en el metro, y él también. Yo me quedé de pie al lado de una barra sujeta, y él se sentó en un asiento enfrente mía, a unos dos metros de distancia. Me seguía mirando y me sonreía. Él tenía algo que me atraía así que continué mirándole. En la siguiente parada se bajaron muchas personas y los asientos de su lado se quedaron vacíos. Él me miró de manera que me invitaba a que me sentara con él, pero yo moví la cabeza en forma de negación, estaba muy nerviosa. Pero aún así, le sonreía. Mi padre y mi hermano se fueron a sentar donde él estaba, pero aún así, el asiento de su lado se quedaba vacío y él y yo continuamos mirándonos, entendiéndonos con la mirada. Tocó mi parada y me bajé del tren. Cuando pasé por unos cristales, sabía que él estaría ahí. Cuando pasé, giré la cabeza para mirarle por última vez y para ver si mis suposiciones eran ciertas, él estaba ahí, mirándome, con una enorme sonrisa. Y yo se la devolví. Cuando el vagón se fue, el continuó mirándome y yo seguí viéndole a él hasta que el tren desapareció al entrar en la oscuridad de un túnel. Y esa sería mi ''historia de amor en Inglaterra''.
Mañana continuaré
miércoles, 4 de septiembre de 2013
·Felicidad.
Ah... felicidad. Que bonita palabra. Al acordarte de ella siempre recuerdas momentos bonitos, de alegría. Felicidad, algo que todas las personas del mundo buscamos a lo largo de nuestra vida, pero que nunca encontramos. Siempre hemos creído que la felicidad se encuentra, y se es durante un gran periodo de tiempo, pero yo no creo que eso sea más que un mito. La felicidad para mí es estar contenta durante un periodo corto y ya está. No es que tenga mucha edad como para decir esto, pero en lo que respecta a mi vida nunca he manifestado lo que es... la felicidad. Sólo me he sentido contenta, con muchos problemas de por medio, que he intentado eludir, pero solo eso, nada más. Felicidad engloba a todo, es una palabra muy grande, llena de positividad, de alegría, de fiesta, de sonrisas. Sí de verdad existe lo que llamamos ''felicidad'' espero encontrarla algún día, porque es algo que me llena de curiosidad.
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